Amigos y amigas:
Ayer en el Concejo de Medellín, mientras sonaban los himnos de Colombia y Antioquia, observaba la cantidad de personas que nos acompañaban en el acto de entrega de nuestra credencial como concejales, sentí inmensa emoción y entendí la dimensión de lo que es ser concejal de Medellín. Es ser la representación de más de dos millones de personas, de la buena voluntad de esas personas que quieren una mejor ciudad y de la buena voluntad de quienes votaron por nosotros, con la confianza de elegir una excelente administración para Medellín.
Ayer en el Concejo de Medellín, mientras sonaban los himnos de Colombia y Antioquia, observaba la cantidad de personas que nos acompañaban en el acto de entrega de nuestra credencial como concejales, sentí inmensa emoción y entendí la dimensión de lo que es ser concejal de Medellín. Es ser la representación de más de dos millones de personas, de la buena voluntad de esas personas que quieren una mejor ciudad y de la buena voluntad de quienes votaron por nosotros, con la confianza de elegir una excelente administración para Medellín.
Asumo el reto con todo el respeto, la gratitud y el cariño. Quiero decirles a mis amigos, familia, conocidos, electores, esto es un sueño cumplido. Hoy estamos en el Concejo de Medellín y tengo la firme convicción que depende de mí, de mi equipo de trabajo, de la responsabilidad con la que asumimos esta carrera política, que la ciudad siga confiando en los jóvenes, que con talento, energía, honestidad y transparencia, queremos seguir la transformación de la ciudad.
Muchas gracias por confiar en mí, por ayudarme a construir este sueño y por seguir apoyando este proceso que comienza para los próximos cuatro años.
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